En una parcela de más de 10.000 metros cuadrados en el aljarafe sevillano proyectamos una vivienda unifamiliar aislada de unos 1.000 metros cuadrados construidos, de planta única que recoge e integra, en un solo gesto arquitectónico, paisaje, edificaciones existentes y el particular modo de vida de sus inquilinos.

La Villa (qì) surge de una profunda reflexión creativa en torno a las necesidades habitacionales de sus usuarios basadas en la meditación oriental. En efecto, la base compositiva de la vivienda se fundamenta en el “qì” de la medicina china: esa energía que fluye continuamente por la naturaleza, ininterrumpidamente en el libre flujo del cuerpo a través de ella.

Para ello, partimos de dos dependencias independientes construidas en la parcela en los años 60s que descarnamos y dejamos en su esqueleto portante. Desde aquí, alejamos el punto de mira y comenzamos a trabajar la totalidad de la parcela: descubrimos un maravilloso damero sobre en el que desarrollar un gran jardín desde el que emergiese la vivienda. La abstracción de Pablo Palazuelo comenzó entonces a rondar los primeros trazos de nuestro proyecto.

“La operación de los puntos, líneas, superficies y colores es larga, lenta, tortuosa, llena de errores, de cegueras, de dudas, angustia y peligro, pero también se dan, a lo largo de ella, paz, equilibrio, profunda satisfacción, placer y libertad exhilarante, porque se trata de cifrar la convergencia del afecto del que pinta con el sentir de la naturaleza” (Palazuelo, 1976).

Comenzamos a llenar hojas de papel con infinitas operaciones geométricas hasta encontrar la base compositiva del jardín en la que insertar nuestra Villa (qì). Nos embarcamos, sin saberlo, en un delirante y bello ejercicio pitagórico con el que construir el lenguaje de la Naturaleza y su Arquitectura.

Desde el trazado del nuevo paisaje de la parcela se eleva, desde el suelo, una ligera cubierta vegetal que cobija las estructuras existentes y recorre en sentido longitudinal el enclave lanzándose a su nuevo jardín. Bajo esta cubierta, fluye una serpenteante vivienda de paramentos verticales difusos que desdibujan los límites entre el dentro y el fuera.